Este patio se encuentra situado en la calle Juan Labrador, 9

Se venía afirmando que era un virtuoso personaje de la Edad Media el sujeto cuyo nombre lleva esta calle, y, por otra parte, parecía proceder de su familia la antigua confitería de Labrador, establecimiento de la plaza de la Magdalena, que hemos conocido funcionando en el siglo XX como comercio de artículos deportivos; supuestos ambos nombres que eran contradictorios, sin duda.

En el censo de 1561 se llamaba “callejón de Santa Olalla”, debido a que un vecino se llamaba Lázaro de Santaolalla, pero por poco tiempo, ya que no se le vio citado en ningún otro documento. En el Libro Vecindario de 1778 hallamos, en cambio, al que debe ser el verdadero personaje. Precisamente en la “calle que desde el horno de la Magna, va a salir a la Plazuela de la Cabeza” vivía por aquellas fechas cierto Juan Sánchez Labrador, desconociendo su profesión, pero se cree que pueda ser el origen del antropónimo: un modesto inquilino que carecía del tratamiento don (artesano, sin duda) en una casa también modesta, donde pudo iniciar las reposterías que le dieron fama y medios para situar -él o sus sucesores- la industria ya en pleno Barrio Rey, donde siempre han abundado los pasteleros, reposteros y la gente transeúnte que formaba sin duda su principal clientela.

En 1864 debía estar cerrado el acceso a esta calle desde la de la Magdalena, pues se la reseña como un callejón sin salida, que nace en la calle de Trastámara. Pero debió ser un error del Nomenclátor oficial, ya que, en el plano de Coello, editado en 1858, y en los sucesivos aparece abierta por ambos extremos, como ya lo estaba también en el plano del Greco. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)

Actualmente el uso del inmueble es de pensión de huéspedes, con el nombre de “Pensión Lumbreras”.