Este patio se encuentra situado en el Callejón de Menores, 12 “Casa Rodrigo de la Fuente”

Estamos ante una casa con siglos de historia. La Casa de Rodrigo de la Fuente era frecuentada por numerosos personajes célebres de la época con quien compartía sus aficiones; el poeta Fray Hortensio Félix de Paravicino, Pedro Calderón de la Barca o los hermanos Covarrubias, hijos del célebre arquitecto. En la Ilustre Fregona, Cervantes lo califica como «el médico de más fama de esta ciudad».

Fue un gran amigo de El Greco, quien lo retrató en un óleo que hoy se puede contemplar en el Museo del Prado y una copia en este nuevo espacio, con la firma de la pintora toledana María del Valle Pérez. La restauración de la Casa de Rodrigo de la Fuente se ha llevado a cabo respetando al máximo los elementos arquitectónicos originales. (Fuente: Ayuntamiento de Toledo)

El inmueble fue un palacete de los siglos XVI-XVII, destacando trazas romanas en los sótanos y ochocientos metros cuadrados de alfarjes policromados. Palacete propiedad de Honorio Martín, siendo su informe crítico en 2012:  con una estructura tradicional formada por muros de carga de obra mixta  (ladrillo y mampostería), algunos pilares de fábrica de ladrillo; y pies derechos, vigas y forjados de madera. Los cuatro pilares (octogonales) de fábrica de ladrillo se encuentran en la planta baja, en las cuatro esquinas del patio, siendo la calidad de la fábrica mediocre y habiéndose confirmado desplomes de los pilares y desajustes en las vigas. La actual situación de los forjados de madera se encuentra en una situación precaria.

A finales de 2013 el Consorcio de Toledo junto a la Escuela de Arquitectura de Castilla-La Mancha decidieron concluir con la restauración que llevaba el inmueble en marcha por cuenta de los propietarios cinco años atrás sin ver fin. Acordaron que el uso futuro del inmueble sería en un 75% para residencia universitaria. A mediados de 2016 fue concluida su restauración. (Textos: Consorcio de Toledo). En este enlace se describe el inicio de la actuación de restauración. En 2020, el inmueble abre así a la ciudad, y en su web a los visitantes con este nombre que evoca al médico de origen judío, considerado en su tiempo como un hombre de gran sabiduría y un hábil profesional, además de ser un humanista y poeta, cuyos restos reposan en la Iglesia de Santo Tomé.