Este patio se encuentra situado en el paseo Barco de Pasaje “Casa del Diamantista”

No es fácil localizar exactamente el paseo. A falta de los rótulos correspondientes o bien de un plano oficial que hubiera consignado los nombres asignados a cada paraje por la Comisión rotuladora. En el Nomenclátor de 1864 figura, entre la calle y el paseo del Barco; siendo este paseo, según la misma fuente municipal, el espacio situado entre los Molinos del Hierro y la Barca de Pasaje o “Casa del Diamantista”; es decir, el embarcadero o ribera del río, playa provista de embarcadero construido en 1976 por la Comisaría de Aguas del Tajo. La calle y paseo, las separa solamente un modesto pretil. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)

Construida sobre las piedras del río encontramos esta preciosa casa que se asoma al Tajo. Situada junto al conocido embarcadero del Barco de Pasaje. En el siglo XIX vivió un orfebre, Don José Navarro, que hizo la corona real de Isabel II.

No se sabe con certeza el año en que Navarro se mudó a vivir a la casa que aún se conoce como Casa del Diamantista, por lo que es imposible saber si fue en esta casa donde elaboró la corona de Isabel II y que inspiró la leyenda. No obstante, en 1857, la casa tuvo una reforma, y fue fotografiada por Charles Clifford. Existe una fotografía tomada por el mismo fotógrafo quien fotografió a la Reina Isabel II con la corona. Por ello, es casi seguro que la reforma la realizó José Navarro al comprar la vivienda. Ya en el siglo XX, tras una riada que hubo en el año 1947 la casa sufrió desperfectos quedando en total ruina en 1965, no siendo restaurada por su propietario Don Antonio Aguilar Gómez, fue expropiada la vivienda por la Confederación Hidrográfica del Tajo y en los años 70 totalmente restaurada por el arquitecto Don Fernando Chueca Goitia. En 1991 la vivienda acogió la sede de la Escuela Taller de Restauración. (Fuente: Toledo Olvidado)

Años después y hasta 2010 fue sede de la citada CHT, el mismo año el Ayuntamiento de Toledo acordó con dicha Confederación una permuta de la casa para instalar unas oficinas municipales, a cambio la CHT trasladó su sede al Palacio de Amusco, según se recoge en este artículo de ABC.

Asociada a la elaboración de dicha corona hay una conocida leyenda:

La Casa del Diamantista “Pasada la media noche, observó con no poco terror, cómo la puerta del estudio se abría, y en un primer momento, fingiendo dormir, no pudo ver a nadie, pero cual fue su sorpresa cuando bajando la vista por casualidad al suelo, vio algo increíble: unos pequeños seres, vestidos con ropas de cientos de colores, de extraños rasgos jamás vistos, y de muy rápidos movimientos, accedían a la estancia, y trepaban de forma veloz a la mesa de trabajo, cogiendo con una fuerza extraordinaria para su tamaño las herramientas de trabajo, y finalizando el trabajo que en los días anteriores habían comenzado”.